"La lucha es la naturaleza humana", señala un monje sabio del monasterio de Shaolin en China, situada al lado de la ilustre Tagou Shaolin Kung Fu School. Sus 27.000 estudiantes visitan regularmente el monasterio para honrar a las muchas estatuas de santos de criaturas míticas y maestros que les precedieron en este arte marcial noble.

La fundación del Kung Fu radica en los principios orientales de autocontrol y disciplina. "La disciplina es lo que no está permitido hacer", dice una de los protagonistas en Dragon Girls. Las niñas son separadas de sus familias a una edad muy joven y se internan en la escuela, donde se tienen que ajustar al grupo y, sobre todo, seguir las reglas y obedecer a los maestros. 

Tagou no es cualquier escuela de formación y el Kung Fu no es cualquier forma de arte marcial. Como el director explica: "Es una forma de religión, una búsqueda de la comprensión y la paz interior."

Además de los ejercicios impresionantes al aire libre, Dragón Girls nos da un retrato de las niñas vulnerables mientras se entrenan para convertirse en máquinas de combate.