Capitulo XII: Recuerdo de Luigi Nono II (Hay que caminar soñando)

(60')
Compartir en:
Relatos del ruido

Continuamos rememorando a Luigi Nono (1924-1990) en el centenario de su nacimiento. Nuevamente planteamos un diálogo entre —por un lado— las obras del compositor veneciano que aluden, de una forma u otra, a nuestro país y a nuestra cultura, y —por otro lado— algunas piezas dedicadas a Nono que han sido compuestas en España. 

Si el episodio anterior se centraba en la presentación de obras tempranas de Nono, como sus tres Epitafios para Federico García Lorca (1951/1953) o el ballet Der rote Mantel (1954), en esta sesión los fragmentos escuchados se corresponden con los siguientes periodos de su trayectoria creativa, que incluyen desde obras como “Ha venido”. Canciones para Silvia (1960) o Intolleranza 1960 (1961) hasta algunas de sus últimas composiciones, como 2º No hay caminos, hay que caminar… Andrej Tarkowskij (1987) o “Hay que caminar” soñando (1989).

Ahora bien, estas y las demás obras de Nono escuchadas en esta sesión no se presentarán en el orden que se acaba de sugerir, sino más bien en orden cronológico inverso. Con esta idea no solamente se intenta rememorar —quizá de manera demasiado burda— aquella sugerencia que Walter Benjamin apuntó al final de la séptima de sus Tesis sobre la filosofía de la historia, “cepillar la historia a contrapelo”. También se intenta, en el contexto de nuestra “historia escuchada”, romper con esa lectura tan lineal —y tan obcecada por encontrar en el pasado la causa necesaria de aquello que vino después— que trata de explicar el llamado “tercer periodo”, dentro de la trayectoria compositiva de Nono, como una superación del llamado “segundo periodo” (es decir, aquel en el que se inscriben sus obras más explícitamente políticas).

Al comenzar ofreciendo, aquí, esas obras postreras que suelen caracterizarse como “intimistas” o incluso “minimalistas” —intentando evitar con ello cualquier reconocimiento de su dimensión política, por mucho que ésta se manifieste de manera diferente a como aparecía en algunos trabajos anteriores—, tal vez la llegada, al final de la sesión, a esas composiciones (frecuentemente descartadas, durante largo tiempo, en las programaciones de conciertos, en los planes de estudio académicos, en las grabaciones e incluso en los análisis musicológicos) permita escucharlas de otra manera, e incluso revertir o, al menos, torsionar esas líneas de causalidad que, como sabemos, en el arte no siempre actúan desde el pasado hacia el futuro.

Por otro lado, debe señalarse que el criterio de inclusión en esta sesión de ciertas obras de Nono —y no otras— es ligeramente diferente al sostenido en el anterior episodio de esta serie. Si entonces se presentaron los trabajos de Nono que hacían referencia explícita a nuestro país (o, en su caso, a la cultura española), ahora se han recopilado, también, otras obras en las que, simplemente, la presencia de nuestro idioma es relevante, por diferentes motivos.

El ejemplo de “Hay que caminar” soñando (la pieza con la que se inicia la audición) se hace evidente, pero también el subtítulo de La lontananza nostalgica utopica futura. Madrigale per più “caminantes” con Gidon Kremer nos remite a esa misma figura machadiana que tanto impregnó a Nono —quien, por su parte, estaba convencido de haber leído algo muy semejante a los célebres versos de Proverbios y cantares en una inscripción del siglo XIV sobre la pared de un claustro toledano—.

Entre esos dos primeros extractos del catálogo de Nono (que, como indicábamos, fueron sus últimas composiciones, en los años inmediatamente anteriores a su fallecimiento en 1990) escuchamos otras dos obras procedentes de un doble disco al que ya se hizo referencia en la sesión anterior. Se trata de “Memorias electroacústicas vol. I. Presencia de Luigi Nono”, que fue editado en 1992 por la AMEE (Asociación de Música Electroacústica de España) con motivo de la desaparición de Nono apenas dos años antes.

Sergio Fidemraizer (1958), nacido en Rosario (Argentina), recibió en su país natal clases de composición de Dante Grela, Francisco Kröpfl y Mario Benzecry. En 1986 se trasladó a España para proseguir sus estudios en el Conservatorio de Badalona y en el Estudio Phonos de Barcelona, donde trabajó con Gabriel Brnčić y Xavier Serra la composición, el análisis y las técnicas electroacústicas. Recorda-te'n “pretende evocar la profunda huella que ha dejado la presencia de Luigi Nono en nuestra memoria colectiva”. 

También Marisa Manchado (1956), en In memoriam, atiende a esa dimensión humana de Nono, pues su obra se plantea —en palabras de la compositora madrileña, que estudió composición con Carmelo Bernaola, Antón García Abril y Luis de Pablo— “como recuerdo de un compositor coherente y radical, que luchó por conseguir un mundo más justo y equilibrado”. 

Pertenece a la misma generación que los dos autores anteriores Zulema de la Cruz (1958), que firma la pieza titulada La sombra del ciprés es alargada. Y, como en los dos casos anteriores, las notas sobre la composición que acompañan al citado disco De la Cruz tampoco aluden al planteamiento estético de la obra, ni a su construcción formal. “La búsqueda de nuevas sensaciones sonoras, así como la presencia de un lenguaje particular que la autora utiliza en estos últimos años” es todo lo que se apunta, en ese sentido, sobre una obra creada poco después de que su artífice regresara de una estancia de dos años (entre 1986 y 1988) en el CCRMA —Center for Computer Research in Music and Acoustics— de Stanford (California), bajo la tutela de John Chowning.

Las dos compositoras a las que se acaba de hacer mención tienen en común, por otro lado, haber realizado sendas tesis doctorales sobre centros dedicados a la creación electroacústica. Manchado defendió en 2021 la suya, titulada El Laboratorio de Informática y Electrónica Musical (LIEM) del Centro para la Difusión de la Música Contemporánea (CDMC): un instrumento inclusivo para la creación electroacústica y dirigida por Belén Pérez Castillo  en la Universidad Complutense de Madrid, y De la Cruz hizo lo propio en 2015 con el trabajo titulado Laboratorio de Investigación y Composición Electroacústica y por Ordenador (L.I.C.E.O.) del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid (R.C.S.M.M.) —dedicado al centro que ella misma dirigió entre 1988 y 2018—, y dirigido por Miguel Larrañaga Zulueta y Javier Díez Galán en la Universidad Internacional SEK.

Este primer bloque de homenajes —que, en congruencia con el sentido retrospectivo de esta sesión, se corresponde con la “segunda coda” con la que concluye el doble cedé anteriormente mencionado— finaliza, a su vez, con la Peça per a museu del compositor mallorquín Antoni Caimari (1943-2021), quien sí aporta algunas claves analíticas sobre su trabajo en las notas que incluye el citado disco: “La Peça per a museu fue planteada para aprovechar la gran resonancia y riqueza de armónicos del piano de concierto Bösendorfer Imperial. Colocando estratégicamente ciertos objetos entre las cuerdas del instrumento, mediante una pulsación calculada, se consigue un contrapunto sonoro original y refinado. La estructura de la composición se sostiene sobre un tejido pianístico poco convencional, apoyado por una temática natural muy definida. La pieza está desarrollada por una sección de acordes pianísticos, que contrastan con otro grupo de efectos sonoros procedentes del golpeo corrido misterioso sobre las cuerdas, transformando, ampliando, la textura tímbrica. Los juegos percutivo-rítmicos son importantes, y con la envoltura de los espacios sonoros se mantiene una atmósfera unificadora de todo el conjunto”.

La metáfora del caminante continúa haciéndose patente en los siguientes (o, más bien, anteriores) trabajos de Nono que escuchamos: 2º No hay caminos, hay que caminar… Andrej Tarkowskij (su última obra sinfónica —dedicada al director de cine soviético—, en la cual la orquesta se divide en siete “coros”, es decir, en siete grupos instrumentales diferentes, que deben disponerse delante y alrededor del público), y 1° Caminantes… Ayacucho (para contralto, flauta, dos coros de diferentes tamaños, órgano, orquesta dividida en tres grupos y electrónica en vivo, basada en De la causa, principio et uno, escrito por Giordano Bruno en 1584).

A la superposición de esas dos obras se añade, tras unos minutos, Esa ola de luz, de Eduardo Polonio (1941), cuyo título homenajea a la composición de Nono para soprano, piano y orquesta que se presentará más adelante: “En este fragmento compuesto a la memoria de Luigi Nono, y cuyo título hace evidentemente alusión a una de sus obras —‘Como una ola de fuerza y luz’—, he tratado de traducir, de la manera más concisa posible, el impacto que me produjo la primera audición de la misma. He trabajado deliberadamente con elementos muy simples: un puñado de sonidos incisivos, cortantes y sin concesiones, tres cualidades que, a mi entender, reflejan fielmente la personalidad del maestro. Al final no pude resistir la tentación de servirme del ‘sampler’ para muestrear unos segundos de la citada pieza, para que fueran las propias texturas orquestales de Nono las encargadas de cerrar este breve homenaje”. 

Por su parte, el cordobés Daniel Ríos (1958) desarrolló en el antes citado Laboratorio Phonos su pieza Erial, que parte de grabaciones realizadas a partir de la interacción con diferentes esculturas sonoras creadas por los hermanos François y Bernard Baschet, y posteriormente manipuladas mediante procedimientos analógicos. 

Siempre es el título de la pieza de Pablo Vega presentada a continuación. Articulada mediante la reiteración de un característico sonido percusivo acampanado, cuyo comportamiento melódico describe un glissando descendente, el autor escribe sobre esta composición lo siguiente: “La obra, como la vida, como cometer un crimen, involuntario y obligado”.  

Luigi Nono incorpora en la partitura de ¿Dónde estás hermano? la siguiente dedicatoria “Per los desaparecidos en Argentina” [sic]. Se trata de una composición para cuatro voces de mujer que parte del final de Quando stanno morendo, Diario Polacco, n. 2 (también estrenada en 1982), donde el coro entona las palabras “Cuando están muriendo, los hombres cantan”. La musicóloga italiana Marinella Ramazzotti detecta, en esta composición, el inicio de una tendencia hacia la reducción de materiales sonoros por parte de Nono, a través de un camino dirigido hacia la concentración en la escuchar de las infinitas posibilidades implícitas en el sonido “no adulterado”.

José Iges (1951), que firma la obra Autoritratto, comenta lo siguiente sobre ella: “En 1988 escribí un libro biográfico sobre Luigi Nono. Dicho libro concluía con un texto del propio Nono, que me pareció, en su momento, emblemático de su pensamiento como músico y como hombre. Pasado el tiempo, yo mismo me vi reflejado en él. Lo hice mío a través de mi voz y mi interpretación, y a través también de una reordenación en cinco secuencias de su contenido, parcialmente transformado/destruido con la técnica de retroalimentación ante magnetófonos”.

Un procedimiento compositivo semejante a esa retroalimentación que describe Iges caracterizó el proceso creativo que condujo, en 1976, a … sofferte onde serene…, la obra de Nono escrita para piano y cinta magnética —que también contiene sonidos procedentes de un piano— dedicada a Maurizio Pollini (el excepcional pianista milanés que nos dejó hace unos pocos meses), y a su mujer Marilisa. La otra gran colaboración entre Nono y Pollini fue Como una ola de fuerza y luz, que nosotros escuchamos en la versión del propio Pollini al piano, junto a la soprano Slavka Teskova y otro gran amigo y cómplice de nono, el director Claudio Abbado, aquí al frente de la orquesta sinfónica de la Radio de Baviera.

El barcelonés Alejandro Martínez Figuerola (1955) también parte de una partitura emblemática del compositor veneciano para construir su Homenaje L. Nono. La pieza para cinta magnética Ricorda cosa ti hanno fatto in Auschwitz, estrenada en 1967 en Milán (donde la obra fue realizada, concretamente en el Studio di Fonologia della RAI).

El conjunto de obras realizadas por autores españoles en forma de homenaje a Nono con motivo de su fallecimiento concluye con un trabajo del conquense Julio Sanz Vázquez (1965) simplemente titulado En la memoria… L. Nono, que el compositor describe con estas palabras (que concluyen con una referencia al laboratorio en el que Sanz trabajó como responsable técnico desde 1989, el Gabinete de Música Electroacústica): “Recuerdos e impresiones sonoras formalmente estructuradas a través de mi corta pero intensa experiencia con Nono tanto en el campo personal como musical. Compuesta con fragmentos tomados de su propia voz sobre conversaciones mantenidas en Granada y materiales generados con el Synthi 100 del GME de Cuenca”.

Junto a esos sonidos (y los estertores acústicos de Como una ola de fuerza y luz), en el tramo final de la audición se superponen varias composiciones de Nono, todas ellas presuntamente adscritas al (mal) llamado “periodo político” de su trayectoria. Pero solamente hace falta contrastar los propios títulos (y, en su caso, los textos —y los contextos—) de cada obra para confirmar cómo para el autor veneciano “lo personal” siempre fue “político”: Y entonces comprendió (para cinta magnética, a partir de textos de Carlos Franqui y Ernesto “Che” Guevara); Canciones a Guiomar (sobre textos de Antonio Machado); Intolleranza 1960 (concretamente, de esta “azione scenica” hemos seleccionado la tercera escena del primer acto, titulada “¡No pasarán! Morte al fascismo!”); y, para terminar, “Ha venido”. Canciones para Silvia (compuesta en 1960 para soprano solista junto a un coro de otras seis sopranos, y dedicada “a Silvia Nono en su primer cumpleaños”).

Miguel Álvarez-Fernández

Finalizado
Pases:

Todos los pases han sido proyectados.